Noticias | Tecnología y salud: láser para eliminar tatuajes, cicatrices y manchas de la piel

2023-02-05 17:49:34 By : Ms. Summer zhao

Además de emplearse para tratar arrugas y flaccidez, permite borrar marcas de todo tipo. También se aplica contra hongos en las uñas, melasma y rosácea. E incluso en la incontinencia urinaria. 

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

Cuando se habla del uso del láser sobre el cuerpo humano suele pensarse en cierto tipo de tratamientos vinculados con la medicina estética, como depilación, rejuvenecimiento, eliminación de arrugas, mejoría de la flacidez, remodelado del contorno corporal. Sin embargo, la aplicación de diferentes tipos de luz también existe en áreas como la dermatología, la oftalmología, la urología, la flebología. 

Así, se utiliza para tratar cicatrices de diverso tipo y origen, manchas en la piel, onicomicosis (hongos en las uñas), eliminación de tatuajes, terapia para tratar el melasma y la rosácea, y hasta la etapa temprana de la incontinencia urinaria. 

“Para cada entidad utilizamos un tipo de láser diferente (ablativos - no ablativos) ó la combinación de ellos, con una longitud de onda particular, con diferentes modos de emisión (pura - pixelado), también utilizamos luces pulsada intensas”, explica a NOTICIAS la médica de familia especializada en medicina estética María Inés Reig, desde Tierra del Fuego. 

Y ejemplifica: “Si deseamos tratar rosácea, arañitas en la piel o varices más profundas nuestro blanco son los vasos, y para lesiones vasculares tanto superficiales como profundas, utilizamos Láser ND:YAG y Luz Pulsada Intensa en su versión 540 y Dye. En cambio si queremos reestructurar la piel luego de una cicatriz originada sea por un traumatismo o luego de una cirugía, utilizaremos láseres no ablativos QS Switched 1064 nm pixeladas, Erbium, Láser ablativo CO2, o su combinación (Alma Hybrid) para estimular al fibroblasto que es nuestro albañil, la célula que genera colágeno y elastina, necesarios para reparar la piel”.

Los especialistas pueden usar un láser en particular, o una combinación de ellos, además de otras terapias vinculadas con la aplicación de sustancias. Un clásico ejemplo de esto último ocurre cuando un paciente tiene cicatrices. 

“Primero hay que tener en cuenta qué tipo de gravedad tienen, hasta qué tipo de profundidad llegan, qué clase de cicatrices son. Porque incluso en el caso de las de acné hay diferencias, no son todas iguales -explica la médica dermatóloga Irene Bermejo, con más de cuarenta años de experiencia, tanto en hospitales públicos como en su clínica ubicada en el barrio de Belgrano-. Hay pacientes que tienen agujeritos, como si les hubieran metido una aguja. Otros con cicatrices que se ven planas, también están las que parecen formar una letra ve y otras, onduladas. No todas se tratan con la misma tecnología y además será necesario combinar varias tecnologías y completar con sustancias inyectables, como enzimas recombinantes, ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas, por ejemplo”. 

Esto sucede, detalla Bermejo, porque la fibrosis existente en la base de la cicatriz, lo que no se ve es, haciendo una analogía, “como tener zanahorias plantadas que tiran para abajo. Entonces uno quiere emparejar la superficie, pero también precisa desarmar esa madeja, esa fibrosis, que está en la profundidad”. 

Al combinar tecnología con sustancias inyectadas se puede trabajar arriba y abajo, porque al inyectar enzimas, por ejemplo, es factible disolver esa fibrosis por medios químicos. “Otras veces se puede recurrir a la bioestimulación, para ir rompiendo la fibrosis mediante una cánula”.

Según la experiencia de Bermejo, “en la mayoría de los casos las cicatrices por acné quedan imperceptibles y hasta se puede lograr que no se vean, para lo cual hay que contar con la posibilidad de combinar tecnologías y tratamientos”. Pero también hay cicatrices, como en el caso de las que pueden quedar después de un accidente, que pueden ser muy profundas o muy abiertas, que se ven como si hubiera una costura. “Lo que vamos a tratar en esos casos es juntar los bordes. Entonces el láser ablativo de CO2, que transfiere calor, va a condensar esa pielcita estirada que está en medio. Se genera una microinjuria en la piel y eso estimula el colágeno. Esto se puede hacer también con otro láser que es el Hybrid, porque estás coagulando adentro del colágeno y tratando de achicar, de retraer la piel y juntar los bordes lo más posible”, describe la especialista.

Con las otras cicatrices con las que se hacen queloides “lo que vos haces con el CO2 es bajar esa excrecencia, ese colágeno que ha crecido en demasía, sin control, también combinando con sustancias inyectables. En resumen, se trata de emplear la física del láser con el proceso químico del inyectable para no pedirle todo a la tecnología solamente porque son situaciones extremas”, puntualiza Bermejo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, de la Asociación Médica Argentina y de la American Academy Dermatology.

Desde su experiencia en la Clínica de Medicina Estética y Láser ubicada en Río Grande, Reig describe: “Los tres tipos de cicatrices, atróficas, hipertróficas y queloides, pueden ser tratadas con tecnologías láser, independientemente de cual haya sido su causa, quirúrgica, traumatismo, acné, quemaduras. Varios estudios clínicos demuestran que los tratamientos con láser, además de regenerar  el colágeno, también pueden disminuir los valores del flujo sanguíneo (que le dan a la cicatriz la coloración rojiza) y aliviar el prurito”.

Si la cicatriz, por ejemplo, está hundida, como en el caso de una cesárea, se ha cocido en planos profundos (el útero, la poneurosis la grasa el músculo y la piel) cuando te sacan los puntos hay que empezar a movilizar esa herida rápidamente, haciendo tracción sobre la herida de forma transversal o longitudinal. También es preciso realizar drenaje y masaje para liberar la fascias, redes de tejido conectivo en bandas que envuelven todas las partes internas del cuerpo desde la cabeza a los pies, porque la fascias también se pegotean. “En estos casos preciso el láser de CO2 para la superficie, pero también kinesiología para despegar la fascia de la piel y desbridar esa herida, e inyectar enzimas que despeguen la fibrosis profunda”, resume Bermejo.

Adiós tatuajes. Quitar tatuajes también es factible con láseres, siempre bajo la acción de una crema anestésica para que la sesión sea lo más placentera posible. La cantidad de sesiones, el tipo de tecnología a emplear y el tiempo que lleve dependerán de qué tan grande sea el tatuaje en cuestión y de la antigüedad que tenga. 

“Si ocupa una porción extendida de piel lo divido en cuatro y vamos trabajando cada sector, de manera regular y alternada. Cuanto más tiempo le das al tatuaje después de cada sesión de láser, mejor.

En cuatro o cinco sesiones sobre cada área (en general, cada 15 días), el tatuaje se puede eliminar perfectamente”, describe Irene Bermejo. 

Pero hay que tener en cuenta que el tatuaje no contenga blanco, el no color, porque a veces los tatuadores hacen degradé y para lograr eso le ponen tinte blanco, para ir por ejemplo del rojo al rosa. Y como el blanco refracta la luz, no es captado por el láser. 

“El efecto mecánico del láser Q-Switched funciona haciendo vibrar y rompiendo las partículas de tinta del tatuaje -explica Reig-. Tan pronto como el área de tratamiento inicia el proceso de curación, el sistema inmunitario elimina las partículas de tinta fragmentadas provocando que el tatuaje desaparezca, reduciendo al mínimo los riesgos de cicatrización o hipopigmentación. El tatuaje va perdiendo color sesión a sesión, hasta desaparecer por completo”. 

No existen contraindicaciones particulares en tatuajes “sino las comunes al tratamiento con láser, como por ejemplo estar cursando una enfermedad oncológica, embarazo, lactancia”, agrega Reig, también diplomada en ginecoestética. 

Bermejo puntualiza: “A veces cuando el tatuaje es multicolor es necesario recurrir al láser de pico segundo (mil millonésica parte de un segundo), que por tener un pulso extremadamente corto y más rápido pulveriza cualquier cosa, el Alma láser por caso. Su pulso es tan extremadamente corto que actúa como una suerte de bombardeo sobre la piel, pulveriza el tatuaje, lo deja en trozos tan pequeñitos que se pueden eliminar o que no se ven al ojo humano. Si el tratamiento está bien hecho el efecto es excelente y no se daña la piel”. 

El melasma es una pigmentación adquirida, que no representa un riesgo para la salud pero sí una incomodidad social para quien la tiene, porque ocupa el centro del rostro. “El Láser no ablativo QSwitched 1064 nm pixelado entrega grandes concentraciones de energía con pulsos cortos, lo que permite tratamientos más efectivos, de mayor profundidad, y con mínimo  riesgo de pigmentaciones postinflamatorias y daño en tejido circundante”, indica Reig. En este caso, no importa a qué profundidad esté el pigmento. 

En el caso de la rosácea, una dermatosis inflamatoria,  “es algo mucho más delicado, lo que tratamos de hacer es sacar el color, tratar de cerrar los vasos. Buscamos que esa cara que está enrojecida se blanquee y ahí aplicaremos haces o luz pulsada intensa para tratar el sistema vascular”, señala Bermejo. También se aplican antiinflamatorios tópicos y (llegado el caso) antibióticos de aplicación local o de toma oral.

La onicomicosis también es tratable a partir de láseres. Por efecto térmico y mecánico, la tecnología crea una serie de ondas de choque que logran romper la dura capa externa de la espora del hongo, hasta que el microorganismo es destruido a través de un efecto térmico. 

Por último, hay un láser que se puede utilizar vía intravaginal y se emplea para rejuvenecimiento vulvar pero también en incontinencia urinaria de esfuerzo. En estos casos hay pequeñas pérdidas de orina cuando la mujer salta al hacer ejercicio o hasta cuando se ríe. “El láser va haciendo microdaños pixelados y, ante eso, el cuerpo los repara generando colágeno -detalla Reig-. Todo el proceso genera tensión en los tejidos y ya no se producen esas pérdidas de orina. En el caso de la dispareunia (falta de lubricación durante las relaciones sexuales) el láser origina una reestructuración del colágeno, la producción de células nuevas con ácido hialurónico y aumenta la lubricación de manera natural”. 

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

(Irlanda/Gran Bretaña/EE.UU., 2022, 114') Comedia. Dirección: Martin McDonagh. Con Colin Farrell, Brendan Gleeson. Apta mayores de 13 años.

(EE.UU., 2023, 100') Suspenso. Dirección: M. Night Shyamalan. Con Dave Bautista, Johnatan Groff, Ben Aldridge. Apta mayores de 13 años.

(Francia, 2022, 127') Suspenso. Dirección: Jerôme Salle. Con Gilles Lelouche, Joanna Kulig. Apta mayores de 16 años.

(EE.UU., 2023) Terror. Creada por Greg Spence. Con Bella Ramsey, Pedro Pascal, Anna Torv, Gabriel Luna. HBO Max.

Nominada al Oscar. (Alemania, 2022) Drama. Dirección: Edward Berger. Con Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Moritz Klaus. Netflix.

(México, 2022) Drama. Dirección: Lucía Puenzo. Con Karla Souza, Hernán Mendoza, Déja Ebergenyi. Prime Video.

Arévalo 1501, Palermo. Reservas en @kokobaobar. Lunes a domingos de 12:30 a 16, de 16 a 19 (solo dumplings y platitos), 19 a 00. Delivery de 19 a 00. Take away: Darwin 1347, V. Crespo. Bao mediodía: $ 1.150.- Precio promedio a la carta: $ 2.000.

Migueletes 898, Cañitas. Lunes a sábado de 8:30 a 23. Domingo de 8:30 a 19. Sin reserva. @lokantaimprenta. Precio promedio: $ 3.500.

Punto Mona. Fraga 93, Chacarita. Reservas en @puntomona.bar. De miércoles a sábados a partir de las 18. Precio promedio: $ 3.500.

“El enganche”, de Julio Mauricio. Con Arnaldo André y Miriam Lanzoni. Dirección: Osvaldo Laport. Broadway, Avda. Corrientes 1155.

“Tom, Dick & Harry”, de Ray y M. Cooney. Con Mariano Martínez, María Valenzuela y elenco. Dirección: Nicolás Cabré. Multiteatro Comafi, Avda. Corrientes 1283.

“La última sesión de Freud”, de Mark St. Germain. Con Luis Machín y Javier Lorenzo. Dirección: Daniel Veronese. El Picadero, Enrique Santos Discépolo 1857.

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